A los 13 años y coincidiendo con el inicio de la Guerra Civil, entró a
trabajar como Botones en la Sede Central de la Caja de Ahorros y Monte de
Piedad de Salamanca, que estaba en el
Pasaje de la Plaza Mayor, en la calle de Espoz y Mina, en lo que hoy es el
Hogar del Pensionista, para ayudar a su madre doña Dolores ya que su padre, don
Eusebio, estaba de viaje por motivos laborales y le pilló el comienzo de la
contienda en la zona republicana, no
pudiendo regresar a Salamanca hasta el
final de la misma.
De esta etapa de su vida, Fernando guardaba imborrables
recuerdos: su primer sueldo ganado por él y que pudo entregar íntegramente a su
madre, su primer pantalón largo, las
vueltas por a Plaza Mayor esperando poder cruzar una pícara pero inocente
mirada con la chica que le gustaba y tantos otros.
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